El ácido linoleico conjugado o también llamado CLA es un ácido graso esencial, muy frecuente en los aceites vegetales (aceite de cártamo, aceite de maíz, aceite de soja, aceite de girasol, etc...) y en la grasa animal.
Su ingesta impide que la grasa se deposite en las células, acelerando el metabolismo de los lípidos en el organismo y ayudando a metabolizar los depósitos de grasa existentes. Así, las grasas vuelven al torrente sanguíneo, y allí son utilizadas como fuente de nergía por las células musculares.
De este modo, el ácido linoleico conjugado (CLA) actúa de dos maneras:
1. Impide el almacenamiento de lípidos en las células, inhibiendo la enzima lipoproteína-lipasa.
2. Favorece el metabolismo muscular de las grasas, incrementando la actividad de la lipasa).

La obesidad es el trastorno metabólico más frecuente de las sociedades desarrolladas. Se trata de una enfermedad crónica, ya que se ha comprobado que las personas obesas gastan menos energía en reposo que las personas que tienen un peso normal, y se caracteriza por un exceso de grasa, que a su vez se traduce en un sobrepeso.
El CLA previene los depósitos de grasa a nivel celular, reduce la actividad de la lipoproteína-lipasa, la enzima causante de que las células almacenen la gasa en su interior a partir de la grasa circulante en el torrente sanguíneo. Inhibe el transporte de triglicéridos desde la sangre a los adipocitos, reduciendo así la lipogénesis (formación de tejido graso).
Se ha comprobado que la suplementación con CLA incrementa la masa muscular, siendo este incremento rápidamente visible en personas que realizan ejercicio periódicamente, además, promueve la pérdida de peso, y ayuda a controlar el aporte calórico y el gasto energético.

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