Incorporar semillas a nuestra dieta nos aportará gran cantidad de nutrientes, y notaremos sus beneficios en nuestro organismo. Y es que las semillas son el alimento que más potencial de vida tiene.
Las semillas refuerzan el sistema nervioso, incrementan la vitalidad, poseen efectos de rejuvenecimiento, tonifican el cuerpo, etc...
Además de todas las propiedades anteriormente citadas y muchas más, las semillas, si las combinamos en nuestra alimentación con legumbres, conseguiremos que nos aporten todos los aminoácidos esenciales necesarios para el organismo. Las legumbres por sí solas carecen de los aminoácidos que sí nos aportan las semillas, por lo que se complementan.
Vamos a citar tan sólo tres, pero la amplia variedad en semillas que nos ofrece el mercado es abundante, merece la pena incluirlas en nuestra dieta.

Semillas de calabaza:
Se trata sin duda de un pequeño gran alimento; contienen fibra, zinc, hierro, selenio, manganeso, vitamina A, vitamina E, además de otros nutrientes.
La curcubitina es su principal principio activo, que tiene una acción positiva sobre la glándula prostática, reduciendo su inflamación y frenando su crecimiento. Además, desinflama y relaja la vejiga, siendo de gran utilidad en casos de cistitis o infecciones urinarias.

Semillas de lino:
Son sin duda de las más conocidas desde la antigüedad, y es que su gran riqueza en nutrientes no puede pasar desapercibida. Entre sus muchos nutrientes destacan los ácidos grasos poliinsaturados, las proteínas, los mucílagos, la fibra y algunos minerales. El aceite extraído de las semillas de lino es muy apreciado a nivel terapeútico por su riqueza en ácidos grasos esenciales omega 3 y omega 6, muy beneficiosos para la prevención de enfermedades cardiovasculares.
Además, hemos de destacar que gracias a su gran contenido en fibra y mucílagos, las semillas de lino son muy eficaces en casos de estreñimiento.

Semillas de sésamo:
Contienen una amplia variedad de principios nutritivos. Son semillas oleaginosas, muy ricas en ácidos grasos poliinsaturados, proteínas ricas en aminoácidos y minerales.
Aportan lecitina, nutriente que ayuda a disminuir los niveles de colesterol en sangre, vitaminas del grupo B y vitamina E. Destaca su alto contenido en calcio de fácil asimilación; también contienen grandes cantidades de hierro, fósforo, magnesio, potasio, cobre, zinc, selenio, yodo, silicio, boro y cromo, lo que las convierte en un excelente complemento mineralizante.
Por su contenido en calcio son ideales para consumir durante el embarazo y menopausia. Gracias a su contenido en hierro son muy recomendadas en periodos de anemia o convalecencia.
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