La salvia (salvia officinalis) ha sido considerada a lo largo de la historia como la reina de las plantas aromáticas. Dioscórides fue uno de los primeros en describir algunas de sus virtudes medicinales.
De fácil adaptación a tierras áridas, es fácil encontrarla por la cuenca mediterránea, así como en cualquier zona templada y soleada.

Indicaciones: La salvia está considerada como el "desodorante natural", gracias a que actúa paralizando las terminaciones nerviosas que regulan la sudoración, y su acción sobre el centro de termorregulación, siendo por ello muy recomendada en casos de sudoración excesiva o hipersudoración.
También recomendada en casos de problemas o alteraciones menstruales. Períodos de estrés, tensión nerviosa, etc, pueden provocar una alteración en el ciclo menstrual de la mujer, siendo de gran ayuda en estos casos la salvia, ya que contribuye a calmar los espasmos y dolores menstruales, amenorrea, dismenorrea, regula el ciclo y favorece el equilibrio hormonal femenino; también de gran ayuda en los trastornos de la menopausia, siendo incluída en casi todos los preparados para tratar los trastornos de la menopausia.
Importante también su consumo para estimular nuestra memoria, por lo que es muy recomendada en época de exámenes.
También se sabe que ayuda a mejorar los procesos digestivos, ya que estimula la secreción de bilis, reduce la acumulación de gases intestinales, y hace que las digestiones sean menos pesadas. todo ello gracias a la presencia de flavonoides, ácidos fenólicos y aceite esencial en la planta.
La salvia posee propiedades antisépticas, cicatrizantes, antiinflamatorias y antioxidantes, siendo por esto una planta idónea para el cuidado de piel y mucosas; en gargarismos se utiliza como tratamiento de aftas bucales, gingivitis, inflamación de las encías, anginas e incluso en problemas de halitosis.
Su uso está contraindicado en el embarazo.

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