Desde hace ya muchos años se tiene conocimiento de la existencia del suero de leche; podemos encontrar referencias desde Hipócrates, que lo llamaba "el agua para sanar", pasando por Galeno, Avicena, Tisot, e incluso se mencionaba su utilización en el siglo XVIII en Europa.

Componentes del suero de leche:
Se trata de un auténtico concentrado de nutrientes esenciales que nos aportan múltiples beneficios al organismo.
El principal componente del suero de leche es la beta-lactosa, un hidrato de carbono, junto al ácido láctico. El ácido láctico es un azúcar de fácil asimilación por el organismo, que reequilibra y mantiene la flora intestinal, además de ser una gran fuente de energía.
Las proteínas del suero de leche, de las que hemos de destacar la beta lactoglobulina y la beta lactoalbúmina, que ayudan a nuestro organismo en diferentes funciones orgánicas, como el control de la tasa normal de colesterol, liberación de sustancias orgánicas que nos ayudan a controlar el apetito, y no podemos olvidar el aporte en aminoácidos ramificados, que nos van a ayudar a mejorar la capacidad de nuestro organismo frente a agresiones externas.
El aporte en vitaminas es muy interesante, (A, B1, B2, B3, B5, B6, C, E y D), así como minerales (calcio, potasio, fósforo, magnesio, sodio, zinc, hierro y cobre)
Esta excelente composición hacen que el suero de leche sea un excelente alimento con gran aporte de nutrientes que nos van a ayudar al buen funcionamiento de nuestro organismo.
Ventajas:
Favorece la digestión y facilita una mejor evacuación de las heces, además de reforzar la flora intestinal.
Ayuda en la eliminación de líquidos, gracias a su efecto depurativo, y favorece la función renal.
Colabora en la correcta absorción de vitaminas y minerales de los alimentos
Su aporte en calorías es escaso, lo que convierte al suero de leche en un gran aliado en dietas de adelgazamiento.
Mejora el funcionamiento hepático.
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