Los sofocos, los trastornos del sueño y los estados de agotamiento, además de las crisis de sudoración son síntomas que afectan frecuentemente a las mujeres durante el climaterio. A todas estas molestias hemos de añadir un aumento en el riesgo de padecer osteoporosis y procesos cancerígenos.
En mayor o menor medida, cualquier mujer, y también cualquier hombre, experimentan en la vida un determinado ciclo, en el que intervienen las hormonas, siendo en la mujer las más importantes los estrógenos.
Aproximadamente a los 12 años, en el inicio de la pubertad, se produce la elevación de los estrógenos, siendo constante y elevado en los 25 años siguientes, para empezar a decaer en torno a los 40 años. Es aquí cuando elcuerpo (concretamente la piel) pierde agua, provocando esa flacidez y se disminuye la masa ósea, reduciendo consigo la densidad del hueso, derivando en osteoporosis.
Isoflavonas y lignanos
Son una especie de estrógenos vegetales, llamados fitoestrógenos, cuya actuación es similar a los estrógenos humanos. En el grupo de los estrógenos encontramos también los lignanos, que los podemos consumir en las cáscaras de los cereales y las semillas de lino.La combinación perfecta sería la combinación entre isoflavonas y lignanos, aportando de este modo un importante aporte de fitoestrógenos vegetales.
Las isoflavonas junto a los lignanos poseen un efecto antiestrogénico, influyen sobre el metabolismo hormonal, reducen el riesgo de cáncer, ya que inhiben la actividad de las células cancerosas, poseen efecto antioxidante, y efectos inmunoestimulantes, además de la disminución de los sofocos durante el climaterio.
La forma idónea de ingerir las necesidades de fitoestrógenos se sitúa en unos 50mg al día. Para ello, lo ideal es recurrir a los extractos y preparados a base de habas de soja y semillas de lino, que nos aportará la cantidad necesaria.
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